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hace 1 semana,
Ashley Vargas. Una joven piloto de la Fuerza Aérea del Perú desaparece durante un vuelo de instrucción. Dieciséis días después, la encuentran sin vida, atada a su asiento y con el cinturón de seguridad puesto. No se trata solo de una tragedia aérea. Es el detonante de una ola de indignación ciudadana que exige verdad, transparencia y justicia.
Ashley Vargas no cayó en el olvido. Su historia se ha convertido en un símbolo del malestar colectivo ante la falta de respuestas claras por parte de las instituciones militares.
Ashley Vargas tenía 27 años y una trayectoria que inspiraba a muchos. Formada en la Escuela de Oficiales de la FAP, destacó por su vocación, disciplina y entrega. Espada de Honor de su promoción. En cada vuelo demostraba su compromiso con el país y con el sueño de volar alto, no solo en los cielos, sino también en su carrera militar.
Ese lunes, Ashley despegó como parte de un ejercicio rutinario de instrucción. La aeronave, según la FAP, perdió contacto mientras sobrevolaba las inmediaciones de la Isla Zárate, muy cerca a la península de Paracas, en la región Ica. El comunicado oficial informó del hecho, pero sin dar mayores detalles.
Durante días, la familia y la opinión pública esperaron con angustia noticias sobre el paradero de la alférez. La búsqueda fue lenta y, según los familiares, sin coordinación efectiva. Los ciudadanos se preguntaban por qué la Fuerza Aérea, con todos sus recursos, no podía ubicar una aeronave desaparecida.
El 5 de junio, la FAP confirmó el hallazgo del cuerpo de Ashley Vargas. La imagen descrita estremeció a todos: su cuerpo estaba sujeto al asiento, con el cinturón de seguridad. Esa revelación abrió más preguntas que respuestas.
¿Por qué tardaron 16 días en hallarla? ¿Qué falló en los sistemas de rastreo? ¿Por qué no se activaron con rapidez los protocolos de emergencia? La FAP habló de condiciones adversas del terreno, pero la versión no convenció.
Familiares de la joven alférez declararon a medios nacionales su malestar por la falta de información y transparencia. Usuarios en redes sociales, artistas y figuras públicas sumaron su voz. El hashtag #JusticiaParaAshley se viralizó en cuestión de horas.
En Lima, Chiclayo, Ica, y otras ciudades, ciudadanos salieron con pancartas y velas. No se trataba solo de una protesta. Era un reclamo por el derecho a la verdad, por respeto a una joven oficial que sirvió con honor.
El Ministerio Público anunció la apertura de una investigación preliminar. Según fuentes judiciales, se recopilan informes de la FAP, comunicaciones de vuelo y datos del lugar del accidente.
ONGs de derechos humanos también solicitaron que se conforme una comisión independiente. Diversos sectores han exigido revisar los protocolos de búsqueda y rescate en zonas militares, especialmente cuando se trata de personal en entrenamiento.
#EnVivo
José Ocampo, abogado de la familia Ashley Vargas: La desgracia ha sido muy fuerte para el padre, llegar a este punto cuando estaba agotado, casi tira la toalla. Puede darle el último adiós a su hija
Encuentra más información en la WEB ► https://t.co/QTAt5w7uQw pic.twitter.com/CmAk64Uqmh— Canal N (@canalN_) June 6, 2025
El caso de Ashley Vargas trasciende el ámbito militar. Pone sobre la mesa la necesidad urgente de que las instituciones respondan con transparencia y humanidad. La confianza ciudadana está en juego.
Hoy, miles recuerdan a Ashley como una mujer valiente, comprometida y decidida. Su historia no puede concluir con un parte escueto ni con silencios institucionales.
Ashley quería volar. Lo hizo con pasión y disciplina. Su muerte no puede quedar como una estadística más en los registros castrenses. Su historia interpela, duele y moviliza.
El Perú no olvida. Y mientras no lleguen las respuestas, seguirá preguntando en nombre de Ashley Vargas y de todos aquellos que merecen justicia en silencio.
Soy licenciado en Ciencias de la Comunicación. Miembro del Colegio de Periodistas de Lima (CPL). Cofundador del diario regional Bolognesi Noticias. Dirige el equipo digital de BGN Noticias y elabora artículos de temas sociales y medio ambiente. Desarrollador web y SEO.