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hace 2 semanas,
Día de la papa. Cada 30 de mayo, el Perú rinde homenaje a un símbolo de identidad, resistencia y diversidad: la papa. Este tubérculo andino no solo alimenta hogares, sino que también cuenta la historia de un pueblo que domesticó la tierra con sabiduría y visión.
En este día, reconoce el papel central de este alimento en la cultura y economía del país. Con más de 3,000 variedades registradas, el Perú lidera el ranking mundial de biodiversidad de papas. Regiones como Puno, Huancavelica, Cusco y Ayacucho resguardan este legado agrícola que ha sostenido generaciones.
La papa, domesticada hace más de 8,000 años en los Andes, se adaptó a diversos climas y suelos. Gracias a los saberes ancestrales de comunidades quechuas y aimaras, se conservaron variedades nativas con alto valor nutricional. Muchas de ellas hoy enfrentan amenazas por el cambio climático y el abandono del agro.
Organismos como el Centro Internacional de la Papa (CIP) y el Ministerio de Desarrollo Agrario impulsan proyectos para proteger la agrobiodiversidad, fomentar el consumo interno y mejorar las condiciones de vida de los pequeños productores.
Este día también invita a reflexionar sobre los retos del campo peruano. Los agricultores reclaman acceso a mercados, precios justos y políticas públicas que reconozcan su labor. La papa, más allá de su valor simbólico, representa el esfuerzo silencioso de miles de familias campesinas.
El Día de la Papa no se limita a celebrar un alimento: rinde tributo a la tierra, al conocimiento ancestral y al trabajo de quienes siembran futuro. En cada plato con papa, el Perú reafirma su orgullo andino y su compromiso con la soberanía alimentaria.
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