El caso Ancash: Aprendamos la reciente lección

19/05/2014  El sincronizado operativo desplegado y la rapidez con la que se ejecutaron las detenciones de los principales involucrados, permitió que la policía corra, de porrazo, la cortina que cubría el tenebroso accionar de una organización criminal encabezada por el presidente regional de Ancash, César Álvarez Aguilar, la misma que llegaba al extremo de eliminar a todo aquél que ponía en riesgo sus intereses.

Quedaron públicamente expuestas a nivel nacional, la ambición, la podredumbre y la bajeza moral con las que se conducían sus integrantes, el alcalde provincial del Santa, Luis Arroyo Rojas, el gerente del GRA, Hernán Molina, los periodistas Nelson Vásquez Baca y Juan Carlos Espinoza Linares; junto a malos elementos de la policía nacional, desleales dirigentes del gremio de construcción civil, y hasta asesinos a sueldo.

La indignación ha dado rápido paso a una relajada tranquilidad en la población de Ancash, que ya había perdido las esperanzas de encontrar justicia en los crímenes de Ezequiel Nolasco y José Luis Sánchez Milla. Ahora, el panorama se presenta distinto y ventajoso. Anulado el poder amenazante de esta red criminal, la labor que despliegue la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Poder Judicial y la Contraloría General de la República, atendiendo las reiteradas denuncias de presuntos actos de corrupción en el gobierno regional de Ancash, será mucho más fácil y efectiva.

Desarticulado el crimen organizado y con la corrupción de su gobierno regional en salmuera, Ancash se va concentrar en la fiesta electoral que ya empieza a vivirse de manera muy especial, con candidatos reclamando la presidencia regional como “premio” a sus constantes denuncias a los “comandos”, otros aduciendo que sin su oposición no hubiera caído “la bestia”, y otros como “compensación” por haber recibido amenazas de la mafia regional.

¿Caeremos otra vez en el círculo vicioso, con los mismos candidatos de siempre? El escenario electoral no es exclusividad de algunos y debe dar cabida a nuevos valores, que nos permita elegir a quien mejor concilie con el perfil ideal de un presidente regional, entendiendo que es un cargo político: Debe tener liderazgo, visión política, poder de convocatoria, pasado limpio en la función pública, y a su lado, un cuadro técnico que garantice el cumplimiento de su plan de gobierno. Rechacemos el discurso engatusador de vendedores de ilusiones, y los métodos facilistas de quienes dan un regalo a cambio de un voto.

Veamos el tiempo que ha perdido Ancash por una elección equivocada, y vivamos este evento democrático como debe ser, con propuestas serias y respetando el derecho legítimo de quienes deseen participar. Aprendamos la reciente lección.