Perú
Pedro Castillo anuncia cierre del Congreso e instaura un «gobierno de excepción»
Publicado
hace 2 años,
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Declara toque de queda.
Pedro Castillo sorprendió al país, este miércoles 7 de diciembre, con un anuncio de gran impacto: el cierre del Congreso y la disolución de las instituciones parlamentarias. A través de un mensaje a la Nación, el presidente explicó que esta drástica medida es el resultado de los acontecimientos ocurridos desde que asumió el mando en julio de 2021.
Este anuncio marcó un quiebre dramático en su mandato, que había estado marcado por constantes tensiones con la oposición y la falta de estabilidad política.
Muchos vieron la decisión de Castillo de disolver el Congreso, tomar el control del poder judicial y convocar a un nuevo Congreso Constituyente como un intento de golpe de Estado. Para otros, fue el resultado de años de conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo, que parecía no tener solución.
Un contexto de conflicto político
Pedro Castillo asumió la presidencia de Perú el 28 de julio de 2021, tras una ajustada victoria en las urnas frente a Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular. Amplios sectores de la población respaldaron su llegada al poder, ya que sentían que el sistema político tradicional no representaba sus intereses. Como un candidato de izquierda, con un discurso centrado en la justicia social y la mejora de las condiciones de vida de los más pobres, Castillo generó esperanzas de cambio. Sin embargo, al mismo tiempo, la élite política y los sectores más conservadores vieron con escepticismo su falta de experiencia política y su estilo de gobierno.
Desde el inicio de su mandato, Castillo enfrentó una oposición feroz, particularmente en el Congreso, controlado por la derecha. Los conflictos entre el Ejecutivo y el Legislativo fueron una constante a lo largo de su gobierno, con continuos intentos de destitución, acusaciones de corrupción y bloqueos legislativos que impidieron la aprobación de proyectos clave. La relación entre Castillo y el Congreso se deterioró rápidamente, y la imagen del presidente fue cada vez más cuestionada por su falta de liderazgo y de propuestas claras para solucionar los problemas del país.
La crisis se profundiza, tras intentos de destituir a Pedro Castillo
En los meses previos al anuncio del 7 de diciembre, la situación política en Perú había alcanzado niveles de tensión extremos. Varios intentos de destituir a Pedro Castillo del cargo por incapacidad moral permanente, mediante mociones de vacancia, lo habían tenido como objetivo. Varios intentos de destituir a Pedro Castillo del cargo por incapacidad moral permanente, mediante mociones de vacancia, lo afectaron. Aunque estas mociones no lograron prosperar, la amenaza constante de un juicio político minó aún más su autoridad. En medio de esta atmósfera de crisis política, la aprobación del presidente en las encuestas seguía cayendo, y la polarización social aumentaba.
Una serie de escándalos y acusaciones de corrupción también habían salpicado a su gobierno. Varios de sus ministros enfrentaron investigaciones, y su gestión se marcó por la inestabilidad en el gabinete y la falta de propuestas concretas para abordar los problemas económicos y sociales del país. A nivel de la ciudadanía, la percepción de que Castillo no estaba cumpliendo con sus promesas de campaña se hizo cada vez más extendida.
El anuncio del cierre del Congreso
El 7 de diciembre de 2022, Pedro Castillo decidió dar un paso decisivo que cambiaría el rumbo de su gobierno y la historia reciente de Perú. En un mensaje a la nación transmitido en vivo, Castillo anunció la disolución del Congreso, la instauración de un gobierno de emergencia y la convocatoria a nuevas elecciones para conformar un Congreso Constituyente que redactara una nueva Constitución. En sus palabras, esta medida respondía a la incapacidad del Congreso para trabajar en beneficio del país, a las acusaciones de corrupción en su contra y al “bloqueo” de las políticas que su gobierno intentaba implementar.
El presidente justificó su decisión diciendo que el país estaba en crisis y que la democracia peruana necesitaba una reforma profunda. En ese contexto, proclamó la creación de un “gobierno de excepción” y afirmó que, en lugar de resolver los problemas del país, el Congreso se había convertido en un obstáculo para el progreso.
Muchos interpretaron la medida como un intento de golpe de Estado. La Constitución de 1993, que aún estaba vigente en el momento de los hechos, no le otorgaba al presidente la facultad de disolver el Congreso de manera unilateral. Además, Castillo se eligió bajo el marco constitucional que él mismo desafiaba. La reacción internacional fue inmediata, con condenas de gobiernos y organizaciones que acusaban a Castillo de intentar tomar el poder de manera antidemocrática.
La respuesta del Congreso y la caída de Pedro Castillo
Los líderes parlamentarios y políticos de la oposición rechazaron rápidamente el anuncio del cierre del Congreso. En cuestión de horas, el Congreso convocó una sesión extraordinaria y votó la destitución de Pedro Castillo por “incapacidad moral”. A las pocas horas, la policía arrestó a Castillo, quien fue acusado de rebelión y conspiración. La vicepresidenta Dina Boluarte asumió la presidencia de manera constitucional, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo en la historia de Perú.
El golpe de Castillo fue un intento fallido, ya que no logró contar con el apoyo suficiente dentro de las Fuerzas Armadas ni en la sociedad civil. Su apoyo político se desplomó rápidamente, y el pueblo peruano mostró una reacción enérgica en las calles, donde se realizaron protestas masivas en su contra. Si bien la propuesta de un nuevo Congreso Constituyente y una nueva Constitución pudo haber resonado en algunos sectores, el hecho de que la medida fuera tomada de manera unilateral y sin el respaldo de las instituciones democráticas condenó su intento de reforma.
Las consecuencias y el futuro de Pedro Castillo
El golpe de Estado fallido dejó a Pedro Castillo enfrentando graves acusaciones legales. Fue detenido y procesado por rebelión y conspiración, y su gobierno de apenas un año y medio terminó de forma abrupta. La detención de Castillo marcó el final de una presidencia que estuvo marcada por la polarización, la inestabilidad y la falta de consenso político.
Mientras tanto, la figura de Dina Boluarte asumió un protagonismo inesperado. Aunque su ascenso a la presidencia se dio en un contexto de crisis, la nueva mandataria prometió mantener el orden constitucional y convocar a nuevas elecciones para elegir un nuevo Congreso, pero las protestas en su contra no tardaron en surgir. La situación en Perú continuó siendo tensa, y el futuro político del país seguía siendo incierto.
Reflexiones Finales
El anuncio del cierre del Congreso por parte de Pedro Castillo en diciembre de 2022 fue un momento clave en la política peruana. Fue el resultado de un largo conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo, pero también de la incapacidad de Castillo para encontrar soluciones políticas que permitieran su gobierno mantenerse a flote. Su intento de imponer un golpe de Estado no solo dañó su imagen, sino que también profundizó la crisis institucional del país.
El legado de Pedro Castillo quedará marcado por este intento fallido de disolver el Congreso y por las profundas divisiones que dejó en la sociedad peruana. A medida que el país sigue enfrentando desafíos políticos y sociales, la pregunta que queda en el aire es si Perú podrá encontrar un camino hacia la estabilidad y la reconciliación, o si los conflictos entre las distintas ramas del poder seguirán marcando su destino.
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