Publicado
hace 11 años,
La prensa local independiente libró una dura batalla contra los medios sometidos al gobierno regional de César Álvarez, soportando ataques cobardes, basados en calumnias, insultos y mentiras. Tuvo que intervenir la prensa limeña para que queden expuestas públicamente, a nivel nacional, las acciones delictivas y la podredumbre moral de una organización criminal que malos jueces, fiscales, policías y periodistas querían ocultar, y de la cual, incluso, muchos de ellos formaban parte. Con la mayoría de sus integrantes privados de su libertad y con los demás bajo la lupa de la justicia, la corrupción ha sentido mortalmente el golpe, lo que significa que ahora debemos mirar hacia adelante, fijar un norte y escoger el camino correcto.
El reto inmediato que tiene Ancash enfrente, de cara a las cercanas elecciones regionales y locales, encaja perfectamente en la misión del periodismo, el cual debería involucrarse de manera mucho más responsable en esa acción. Por su importante labor de formadores de corriente de opinión y por la dura lección aprendida recientemente, sus mayores esfuerzos y su mirada acuciosa deben estar concentrados en quienes pretenden dirigir su destino, dando a conocer y evaluando, con lupa fiscalizadora, su paso por la función pública o privada, y analizando sus propuestas y plan de gobierno, de manera crítica y objetiva, que ayude a garantizar una elección correcta. Pero, lamentablemente, aquí surge un primer problema: Al mismo estilo de la época de los “comandos”, muchos periodistas locales se han convertido en relacionistas públicos de tiendas políticas y candidatos, y están enviando un mensaje distorsionado al elector, que podría ser fatal en un escenario electoral preocupante y de incertidumbre, con candidatos impensados, y en donde los malos conocidos y los buenos por conocer se han mezclado en insólitas alianzas detrás del poder como único objetivo y cueste lo que cueste.
Estamos saliendo de 8 años desastrosos y ante la proximidad de elecciones regionales y locales, nuestra región urge de la formación de ciudadanos informados de la realidad que viven, sin distorsiones y sin maquillajes, para que tomen conciencia de los gobernantes y autoridades que tienen, y para que puedan conocer a quienes aspiran a remplazarlos. Solo así no volveremos a caer en una elección equivocada, que nos lleve a llorar nuevamente sobre la leche derramada. El periodismo local independiente tiene la palabra, o asume su verdadera y noble labor orientadora, o sigue atrapada en las malas prácticas que le impusieron los “comandos” y que creímos superadas.
Director de la revista “La Voz del Pescador”