Perú
Dina Boluarte asume como la primera presidenta del Perú
Publicado
hace 2 años,

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Reemplaza al vacado Pedro Castillo
Dina Boluarte asume la Presidencia de la República del Perú, luego de que Pedro Castillo fuera vacado del cargo tras su intento de golpe de Estado.
La ascensión de Boluarte, este 7 de diciembre de 2022, no solo marca un hito en la política peruana, sino que también representó un cambio trascendental en la historia del país al convertirse en la primera mujer en ocupar la más alta magistratura del Perú.
La nueva presidenta, quien en su trayectoria política había servido como ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) durante el gobierno de Pedro Castillo, enfrenta ahora un desafío monumental en un contexto de alta polarización política y social. Este artículo repasa la vida y carrera de Dina Boluarte, una mujer que, a pesar de sus inicios humildes, ha logrado superar diversas adversidades para llegar a la cima del poder en el Perú.
Los primeros años de Dina Boluarte
Dina Boluarte nació en Chalhuanca, una pequeña ciudad en la región de Apurímac, en el sur andino del Perú, el 31 de mayo de 1961. Es la última de 14 hermanos en una familia de origen humilde. Desde temprana edad, mostró una gran determinación para superarse, lo que la llevó a trasladarse a Lima cuando era aún muy joven, buscando mejores oportunidades para estudiar y desarrollar su carrera profesional.
A pesar de las dificultades económicas que implicaba mudarse a la capital, Dina nunca dejó de lado su ambición. Mientras estudiaba Derecho en la Universidad de San Martín de Porres, se sostenía económicamente trabajando en la Municipalidad de San Martín de Porres, un empleo que le permitió vivir en Lima y continuar con sus estudios. Su esfuerzo y dedicación en estos primeros años de su vida adulta sentaron las bases de lo que sería su carrera política.
Formación y trabajo en el sector público de Dina Boluarte
Tras culminar sus estudios de Derecho, Boluarte continuó con su formación académica y, eventualmente, se mudó a México por motivos familiares. En este periodo, adquirió valiosa experiencia internacional que más tarde complementaría con su carrera profesional en el Perú. A su regreso, se incorporó al Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), donde comenzó a trabajar en 2007. En esta institución, ocupó el cargo de jefa de oficina, donde su habilidad para la organización y la gestión administrativa le permitió destacar.
Durante su tiempo en Reniec, Boluarte comenzó a perfilarse como una funcionaria pública con un enfoque técnico y serio. Su labor allí la posicionó como una mujer comprometida con el Estado, y fue precisamente este perfil el que más tarde la llevaría a ser considerada para posiciones de mayor responsabilidad dentro del gobierno.
Inicios de Dina Boluarte en la política
El primer gran salto de Dina Boluarte a la política nacional ocurrió en 2018, cuando decidió postularse como candidata a la alcaldía del distrito limeño de Surquillo. Lo hizo por el partido político Perú Libertario, liderado por el exgobernador Vladimir Cerrón, figura conocida por su vinculación con el movimiento político de izquierda. Aunque su campaña no tuvo éxito en términos de votos, esta experiencia marcó el inicio de su carrera política más amplia.
No obstante, su incursión en la política local no fue en vano, pues poco después de este intento, en 2021, Boluarte se incorporó a la plancha presidencial de Pedro Castillo, quien en ese entonces era candidato a la presidencia por Perú Libre. En las elecciones presidenciales de ese año, la fórmula Castillo-Boluarte ganó una ajustada victoria frente a Keiko Fujimori, y Boluarte asumió el cargo de vicepresidenta.
A lo largo de la campaña electoral y durante los primeros meses del gobierno de Castillo, Boluarte fue vista como una figura técnica y moderada dentro del gabinete, y su relación con el presidente parecía basada en la complementariedad de sus perfiles: mientras Castillo asumía una postura más política, Boluarte aportaba su experiencia técnica y administrativa. Su imagen de funcionaria eficiente la ayudó a ganar la confianza de sectores que no compartían la visión política del gobierno, pero que reconocían su capacidad para gestionar temas de importancia nacional.
La crisis política y el golpe de Estado
El gobierno de Pedro Castillo estuvo marcado por una constante inestabilidad política, con numerosas crisis de gabinete, acusaciones de corrupción y una creciente presión por parte de la oposición, que cuestionaba la legitimidad de la gestión del mandatario. Sin embargo, lo que marcó un punto de quiebre fue el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo el 7 de diciembre de 2024. El presidente, al sentirse acorralado por las investigaciones en su contra y la creciente crisis política, intentó disolver el Congreso y gobernar por decreto. Ante este intento de ruptura del orden constitucional, el Congreso decidió vacarlo, y Boluarte asumió la presidencia.
Dina Boluarte, como nueva presidenta, asumió un país profundamente polarizado y con grandes desafíos políticos y sociales. La vacancia de Pedro Castillo no solo fue el resultado de un quiebre institucional, sino que también desató una serie de protestas y manifestaciones en diversas regiones del país, especialmente en el sur, que apoyaban al exmandatario. En este contexto, Boluarte se enfrentó a la difícil tarea de pacificar el país, gestionar una crisis política profunda y mantener el equilibrio dentro de su propio gobierno.
Desafíos y retos en la presidencia
La llegada de Dina Boluarte a la presidencia se produce en un contexto de gran tensión política, con un Congreso de la República fragmentado y un sector importante de la población que sigue movilizándose en contra del gobierno. La crisis institucional que detonó el intento de golpe de Estado de Castillo ha dejado al país en una situación delicada, con polarización y desconfianza hacia las instituciones. En este escenario, la nueva presidenta tiene como principal desafío recuperar la gobernabilidad, garantizar la estabilidad política y económica, y atender las demandas sociales de un país que se encuentra sumido en la incertidumbre.
Boluarte, en su primer discurso como presidenta, hizo un llamado al diálogo y a la unidad nacional, destacando que su gobierno buscaría un Perú en el que se respetaran las diferencias y se trabajara por el bienestar de todos los ciudadanos. Sin embargo, la tarea no será sencilla. La polarización política y social, la falta de consenso en el Congreso, y la resistencia de ciertos sectores a su gobierno podrían complicar sus esfuerzos de gobernar con eficacia.
Además, otro de los grandes retos de Dina Boluarte será mantener la confianza de la comunidad internacional y asegurar que Perú siga siendo un actor estable en la región. Con su ascenso al poder, Perú enfrenta un periodo de incertidumbre, y las decisiones que tome la nueva presidenta serán cruciales para el futuro del país.
Conclusión
Dina Boluarte, a lo largo de su vida, ha demostrado ser una mujer tenaz, con una clara orientación hacia el servicio público y una capacidad para adaptarse a distintos contextos. Desde su formación como abogada hasta su desempeño en diversas funciones públicas, su carrera está marcada por la resiliencia y el compromiso con el Estado.
Hoy, como presidenta, enfrenta un desafío histórico, pero tiene la oportunidad de marcar un hito en la historia del Perú. El país, sin duda, estará atento a cómo maneja la crisis actual y las oportunidades que tiene para reestablecer el equilibrio y la unidad en una nación profundamente dividida.
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