Publicado
hace 2 semanas,
Tres jueces fueron destituidos tras confirmarse su participación en una fiesta de cumpleaños celebrada en plena jornada laboral y, aún más grave, en una sala de audiencias de Corte Superior de Justicia del Santa, con sede en Chimbote.
El hecho ocurrió el pasado 11 de abril en el quinto piso de la sede principal de la Corte, ubicada en la ciudad de Chimbote. Un video difundido a través de redes sociales mostró a los jueces supernumerarios Rosa Torres Cadillo, Fred Pesantes Llontop y Evely García Solórzano bailando al ritmo de música a alto volumen, en compañía de un muñeco animador, tortas y bebidas. El escenario del festejo: un espacio reservado exclusivamente para actos judiciales, donde se imparte justicia y se atienden causas de trascendencia social.
Las imágenes generaron una ola de críticas no solo por el uso indebido de un ambiente institucional, sino también por la total falta de respeto al cargo y la confianza pública. Ante la contundencia de los hechos y el grave quebrantamiento del decoro e integridad —valores esenciales en el ejercicio de la magistratura—, la Presidencia de la Corte tomó una decisión inmediata: retirar la confianza a los involucrados y cesar sus funciones.
“La conducta desplegada por los magistrados no se condice con la dignidad del cargo que ostentan. Se ha vulnerado de manera flagrante el principio de probidad que rige el accionar de todo juez”, señaló la resolución que oficializa la medida.
En reemplazo de los jueces destituidos, este lunes juraron tres nuevos magistrados supernumerarios: Dora Patricia Santillán Sarmiento, Cinthya Jeniffer Silva Bermúdez y Einner Joseph Vera Marín. Todos ellos son servidores judiciales de carrera, con experiencia en la especialidad laboral y, según la misma resolución, sin antecedentes disciplinarios.
Este episodio pone nuevamente en la mira la necesidad de reforzar la ética judicial y el compromiso institucional dentro del sistema de justicia peruano. La ciudadanía exige jueces íntegros, no solo técnicamente competentes, sino moralmente irreprochables. Una fiesta en horario laboral podría parecer, a simple vista, una anécdota, pero en este contexto revela una preocupante desconexión con el sentido del deber y la responsabilidad pública.
Porque cuando la justicia se convierte en escenario de celebraciones personales, se desdibuja su verdadera razón de ser: servir con rectitud, imparcialidad y respeto a la sociedad. Y esa es una celebración que, por el bien del país, no puede esperar.
Somos un equipo de personas que creemos firmemente en la necesidad de canales de información alternativos que proporcionen acceso al conocimiento y a las noticias que los grandes medios informativos tradicionales, a menudo, ignoran o distorsionan, para que los ciudadanos puedan tomar sus propias decisiones, informadas y en libertad.