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hace 9 años,
Cada año, el tercer domingo de julio es una fecha especial para los amantes de la gastronomía peruana: se celebra el «Día del Pollo a la Brasa».
Esta deliciosa festividad no solo honra a uno de los platos más emblemáticos de la cocina peruana, sino que también reúne a familias y amigos alrededor de una mesa para disfrutar de este manjar.
El pollo a la brasa es mucho más que un simple plato en Perú; representa una tradición arraigada que ha evolucionado con el tiempo. Se cree que su origen se remonta a la década de 1950, cuando Roger Schuler, un suizo radicado en Lima, introdujo la idea de asar pollo en un horno rotatorio. Desde entonces, esta receta ha sido adoptada y adaptada por numerosos restaurantes y familias peruanas, convirtiéndose en un símbolo de identidad culinaria.
El secreto del pollo a la brasa peruano radica en su preparación: el pollo se sazona con una mezcla de especias y hierbas que le otorgan su sabor característico, y luego se cocina lentamente en un horno giratorio que permite que la carne se cocine uniformemente y se caramelice por fuera. El resultado es un pollo jugoso por dentro y crujiente por fuera, acompañado frecuentemente de papas fritas, ensalada criolla y la infaltable salsa de ají.
Durante el Día del Pollo a la Brasa, los restaurantes peruanos se llenan de comensales ávidos de disfrutar esta delicia culinaria. Las familias también se reúnen en sus hogares para compartir un almuerzo especial o una cena festiva, donde el pollo a la brasa es el protagonista indiscutible de la mesa.
Además de ser una celebración gastronómica, este día también promueve la unidad familiar y la convivencia entre amigos. Es común que las personas organicen reuniones y encuentros sociales alrededor de este plato, fortaleciendo lazos y creando memorias que perduran.
El impacto del pollo a la brasa en la cultura peruana va más allá de sus sabores exquisitos; representa la creatividad y el ingenio de los peruanos para transformar un plato sencillo en un ícono culinario reconocido internacionalmente. Incluso fuera de Perú, el pollo a la brasa ha ganado seguidores y se ha adaptado a diferentes gustos y preferencias, manteniendo siempre su esencia original.
En conclusión, el Día del Pollo a la Brasa es una celebración que une a los peruanos alrededor de la mesa y celebra una tradición culinaria única. Es un día para disfrutar, compartir y rendir homenaje a un plato que ha conquistado paladares en todo el mundo. Así, cada tercer domingo de julio, Perú se viste de sabores y aromas para celebrar con orgullo su amado pollo a la brasa.
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