Hallan microplásticos en conchas negras y cangrejos, en el ecosistema «Los Manglares de Tumbes» comprobando que toda la zona se encuentra homogéneamente contaminada por este elemento.
Las conchas negras y los cangrejos de manglar, estas especies son ingredientes principales, para elaborar el ceviche de conchas negras y la parihuela.
Además, su comercialización es una actividad económica importante para los pobladores de esta parte norte del Perú, donde se extrae y vende estas especies.
Es preciso mencionar que el ecosistema de manglar «Los Manglares de Tumbes», donde se encuentra el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes.
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Conchas negras.
El hallazgo, lo realizaron un grupo de investigadores que analizaron 45 ejemplares de cangrejos de manglar (Ucides occidentalis) y 42 de conchas negras (Anadara tuberculosa).
En el lugar identificaron la presencia de microplásticos, en sus organismos, partículas de plástico menores a 5 mm que son imperceptibles al ojo humano.
Para el estudio se recolectaron muestras de las especies y del sedimento de cinco zonas geográficas ubicadas en todo el ecosistema, incluyendo el área natural protegida.
En el caso de las especies, se consideró el tamaño mínimo de extracción de 45 milímetros para la concha negra y 65 milímetros para el cangrejo.
Las muestras se recogieron de la zona ubicada entre la orilla y la vegetación. En ellas, también, se encontraron microplásticos.
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Cangrejo del mangle.
Los científicos analizaron el tejido interno de la concha negra; y las branquias y estómago de los cangrejos. En todas estas partes encontraron microplásticos en variadas concentraciones.
Angélica Aguirre Sánchez, bióloga marina de la Universidad Científica del Sur y autora principal del estudio, reveló que las branquias del cangrejo fueron las que mayor concentración tenían.
El efecto de los microplásticos en las especies.
Según la investigación publicada en la revista Marine Pollution Bulletin, la presencia de microplásticos en los animales, en general, reprime su alimentación habitual.
El plástico da sensación de llenura en el estómago, ocasionando que las especies dejen de consumir su alimento de forma normal y la mortandad aumente.
Las principales fuentes de microplásticos en la zona
Según los resultados del estudio, todo el ecosistema del manglar está contaminado. Contrario al esperado por los investigadores, quienes tenían la hipótesis de que la zona turística de Puerto Pizarro sería la más contaminada por plástico de un solo uso.
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Asimismo, de los análisis realizados al sedimento del manglar se identificó que los polímeros como el polietileno, el poliéster y el policloruro de vinilo (PVC) eran los microplásticos más comunes.
De acuerdo con la bióloga, la presencia de estos polímeros está muy relacionada con la actividad humana en las zonas aledañas al manglar.
«Las fibras de poliéster encontradas provienen usualmente de la ropa sintética. Estas llegan al manglar debido a la mala disposición de las aguas residuales en Tumbes.
Cuando uno lava a mano, las fibras de la ropa se desprenden y terminan en los desagües que conducen a los ríos», explica Aguirre Sánchez.
Otras fuentes de microplásticos son los envases alimenticios dejados por los visitantes, y los residuos de la acuicultura langostinera y la pesca que operan en el manglar.
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Ante el hallazgo, ¿Qué podrían hacer las autoridades?
Los manglares de Tumbes albergan un Área Natural Protegida como el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes y la actividad extractiva de ambas especies es considerada Patrimonio Cultural de la Nación.
Esto significa que la conservación del ecosistema y las medidas para mitigar la contaminación por plástico en la zona son responsabilidad del Estado.
Según la investigadora, se debe mejorar la ley del plástico, ya que la norma vigente solo aplica al plástico de un solo uso de alimentos.
En ese sentido, es necesario regular el plástico de las demás actividades que tienen impacto en la zona como la acuicultura y la pesca.
“Creo que las autoridades tienen que tomar bastante en cuenta este estudio para poder ver las fuentes y limitar la presencia de microplásticos en el manglar.
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Además, se debe considerar la interconectividad del ecosistema para identificar los procesos biológicos y las actividades antrópicas que impactan en la zona y regularlas”, finaliza Aguirre Sánchez.
En la investigación también participaron Aldo Indacochea, docente de la Universidad Científica del Sur; Sara Purca, del Instituto del Mar del Perú; Matthew Cole y Penélope Lindeque del Laboratorio Marino de Plymouth.