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Baños de florecimiento: un ritual de purificación y renovación

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Foto: Jacinto Rojas/Bolognesi Noticias

Además, es práctica de salud y buena suerte.

En tiempos antiguos, el baño no solo era una práctica de higiene, sino también un ritual de purificación y renovación. La gente se bañaba dos veces al día: por la mañana, para limpiar el cuerpo de impurezas y, por la noche, para refrescarse tras un largo día de trabajo.

En el antiguo Egipto, consideraban el baño, un acto sagrado que purificaba el alma, eliminando los pecados y malos espíritus. Los egipcios usaban hierbas medicinales en sus baños con fines terapéuticos, una tradición que los romanos también adoptaron. Ellos establecieron baños públicos donde la gente no solo se limpiaba, sino que también socializaba.

Hoy en día, los baños de florecimiento son una tradición que cobra especial relevancia en el fin de año, cuando muchas personas buscan liberar su cuerpo y mente de las malas vibraciones del año que termina. Para lograrlo, acuden a esotéricos, curanderos, chamanes y espiritistas en busca de un baño purificador que los ayude a comenzar el nuevo ciclo con energías renovadas.

Los baños de purificación y renovación tienen raíces andinas

Los baños de florecimiento, considerados de purificación y renovación, tienen sus raíces en la cultura andina, donde se realizan con hierbas y flores con fines tanto espirituales como terapéuticos. En Lima, esta tradición se ha popularizado tanto que, en varios distritos, se pueden encontrar locales dedicados a ofrecer estos rituales. En Lima Norte, por ejemplo, empresarios y artistas locales acuden a reconocidos curanderos, como Jacobo Reyes, para recibir un baño de florecimiento que les ayude a mejorar su salud y bienestar.

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Aunque los baños de florecimiento no prometen inmunidad contra las enfermedades, se cree que favorecen una rápida recuperación y una mayor resistencia física y mental. Este ritual no solo se enfoca en atraer la suerte, sino en preparar a las personas para enfrentar con mayor energía los desafíos del nuevo año.

Para algunos, la vida se mide en dinero y éxito, pero para otros, lo esencial es la salud y la felicidad. En última instancia, cada persona tiene su propia visión de lo que hace que la vida valga la pena. Lo que es indiscutible es que los baños de florecimiento ofrecen una forma simbólica de renovarse y comenzar el año con una mentalidad positiva y energías renovadas.

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