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Caso Áncash: Peliculina montada, libreto dirigido por Humala

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Mandatario se hizo de la vista gorda durante largos años mientras Ancash se desangraba y hoy quiere figurar como héroe de la película.

Al margen de sindicar a los “culpables e inocentes” de tantas muertes en Áncash, hoy con las morbosas imágenes que se difunden por este caso, pareciese que algo más se cocina en la política peruana y ancashina. Las apariciones constantes y mediáticas de fiscales, jueces, contralores, policías así lo reflejan, lo evidencian minuto a minuto en los medios de comunicación nacional y local; frente a la baja popularidad del Gobierno Central y el descredito de las instituciones más emblemáticas del sector justicia, ministerio público, poder judicial y policía nacional. ¿Será que el Ollantismo quiere levantar cabeza con  el tema “Áncash convulsionada”?.

¿Por qué seguir desconfiando de las instituciones públicas? ¿No será porque dentro de los implicados y detenidos no encontramos a ningún magistrado? En el Ministerio Público y Poder Judicial únicamente se movió el tablero ¿Dónde están los magistrados corruptos sancionados? “Otorongo no come otorongo”. Hoy la desesperación del gobierno central ante la presión mediática y social por la problemática de la inseguridad ciudadana y  la impunidad permiten reconocer un desesperado manejo del tema.

Por otro lado, el exhibicionismo mediático de los detenidos, que hoy bombardean los hogares peruanos y las portadas de los principales diarios en donde se detalla minuto a minuto todo el proceso seguido, evidencian ese pobre accionar moral de las instituciones aludidas, que exhiben de una manera aberrante su mediocridad y falta de profesionalismo en su accionar. Qué vergüenza para los peruanos, observar como sus instituciones más emblemáticas permiten que se haga novela del drama humano de una población golpeada por la incapacidad de las mismas autoridades que no supieron responder en su momento. Qué vergüenza que en el extranjero nuestro sistema de justicia permanezca en un descrédito aterrador.

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A como de lugar han conseguido el psicosocial “de los detenidos del caso Nolasco” que se difunde como peliculina en los medios. Con el mayor descaro y sin el mínimo respeto por el pudor institucional se permite el manejo político de éste, exacerbando ánimos y saciando disimulados apetitos políticos. Parece que la inoperancia e incapacidad del  “gobierno central” que sigue cayendo en su popularidad ahora con  22% de aprobación, ensaya politizar el tema incluso arrastrando la sorpresiva detención del candidato a la presidencia regional de Áncash, Juan Calderón Altamirano, principal opositor político de César Álvarez y crítico del Ollantismo. Como se recuerda, Calderón es el principal denunciante del caso La Centralita y de los casos más sonados de la corrupción en esta región. ¿A quién pretenden entonces posicionar en el sillón regional de Áncash?

Hoy la población ya no escucha con ingenuidad, ni “dogmáticamente”. Cuando entenderán que recobrar esa credibilidad perdida por el mal manejo al interior de sus instituciones desacreditadas por años ha de pasar por reformas serías al interior de las mismas. Tenemos ya una novela larga “con el caso fujimontesinista”, de donde muchos politiqueros se colgaron y pontificaron, ¿Será esta la situación de Áncash?

Lo cierto es que estas medidas no responden al índice de impunidad y criminalidad en Áncash y menos del país entero. Basta ver el informe de la Comisión de derechos humanos y defensoría del Pueblo. ¿Aprovechamiento político a la vista? “A rio revuelto ganancia de pescadores”, atentos. (TEXTOS: Lizet Flores Milla)

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