SIS cubrió los gastos.
Lucerito, una joven madre que, junto a su esposo Benjamín, soñó con tener una familia, se llevó una gran sorpresa cuando los médicos le dieron la noticia de que eran trillizos que crecían en su vientre.
Esto era un sueño para ambos luego de seis años de casados; sin embargo, los padres primerizos experimentaron un gran susto debido a que sus trillizos nacieron prematuros y estuvieron en incubadoras durante 20 días.
Los pequeños Alitzel, Aysel y Darey nacieron el 19 de agosto en el Instituto Nacional Materno Perinatal (ex Maternidad de Lima), pero si bien sus nacimientos aún no estaban programados, todo se adelantó luego de que la madre de 28 años presentara un sangrado y fuertes dolores en el vientre cuando estaba paseando por el centro de Lima.
La progenitora comentó que fue llevada de emergencia a dicho nosocomio y se encomendó a Dios para que el parto sea exitoso.
Respecto al peso de los bebés prematuros, la madre reveló que su pequeña Alitzel nació con un peso de 1 kilo 555 gramos; mientras que su hermanita Aysel pesó 1 kilo 550 gramos, y Darey 1 kilo 115 gramos.
Los tres permanecieron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) durante tres días y otros 17 días en la Unidad de Cuidados Intermedios (UCIN) del establecimiento especializado.
Tanto el parto como la atención a los recién nacidos, medicamentos, insumos, exámenes y otros procedimientos médicos fueron cubiertos financieramente por el Sistema Integral de Salud (SIS).
Durante el tiempo que los menores permanecieron bajo observación médica, los padres acudían todos los días al nosocomio desde las 6:00 a.m. hasta las 7:00 p.m. para ver la evolución de sus hijos.
La madre se dirigía al banco de leche tres veces al día para entregar el alimento para sus recién nacidos y coordinaba con su esposo para visitar a sus pequeños, pues estaban en ambientes distintos.
La angustia pasó y la sonrisa se dibujó en el rostro de cuando, después de 20 días, los médicos les dieron el alta a los trillizos y les entregaron a sus padres. Lucerito y Benjamín no podían contener la emoción de tener a sus hijos en brazos y agradecieron al personal del Instituto Nacional Materno Perinatal por salvarles la vida.
Los padres expresaron su deseo de que sus hijos crezcan sanos y felices y puedan cumplir sus sueños.
Los trillizos son un ejemplo de lucha y esperanza para muchas familias que enfrentan situaciones similares.