Opinión

¿Qué pasó con nuestros congresistas?

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Heriberto Benítez vino convocado por la corrupción para ser su escudero legal y político detrás de impunidad. Sedujo al electorado local con la camiseta del José Gálvez, identificándose con Chimbote, con sus problemas y con su lucha, en discursos avivados con la entrega de millonarios regalos. Desfilaron como fieles acompañantes en su campaña, artefactos eléctricos, sobones de turno y saqueadores del dinero público, y detrás de ellos incautos electores o los que canjearon su voto consciente por un lotecito, un artefacto eléctrico o un puesto o cargo que la maquinaria “comando” les ofreció. Y así sellaron el destino fatal de Ancash. Un sopapo a la decencia política y al voto responsable que debe quedar como una dura lección aprendida por el elector. Este inescrupuloso personaje ahora lucha por postular representando a Lima con métodos y recursos que confirman su catadura inmoral.

¿Y qué pasó con los demás candidatos? ¿Se fajaron por Ancash como prometieron en sus encendidos discursos en plena campaña electoral?

Freddy Otárola se desvivió en su papel de sobón y escudero de la pareja presidencial y sacó de su visión a la región Ancash, dejando su firma en el aprovechamiento político que le dio a la instalación de la oficina zonal en Chimbote de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) cuando se desempeñó como Ministro de Trabajo, con irresponsable apresuramiento, sin dotarla de logística ni de un Inspector de Trabajo que garanticen la eficacia y reacción oportuna del Estado ante denuncias por vulneración de derechos laborales, especialmente en el sector pesquero donde los pescadores han quedado en situación de indefensión. Junto a Heriberto Benítez, la vergüenza los ha corrido de Ancash e intentan ahora postular por Lima.

De Víctor Crisólogo todos conocemos sus limitaciones y falta de preparación, y nadie puede olvidar que puso su canal de televisión a disposición de César Álvarez en los 8 años que duró su desastrosa y corrupta gestión.  De tal manera que nada bueno se esperaba de este incapaz personaje en su función de congresista representando a nuestra región.

Modesto Julca enarboló la bandera de lucha frontal contra la corrupción regional, la misma que arrió cuando se trataba de Alejandro Toledo. Cuestionó a Heriberto Benítez, enrostrándole su labor de escudero político de César Álvarez y hacía lo mismo a favor del líder de la chakana.

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María Magdalena López no tuvo mayor protagonismo en acciones parlamentarias de trascendencia en beneficio de nuestra región, salvo el apoyo a gestiones a favor de pescadores chimbotanos que es justo reconocer.

¿Quiénes son ahora los candidatos? ¿Cuál es su trayectoria y que harán por Ancash? Por enésima vez: Pensemos bien antes de votar. (TEXTOS: César Córdova)

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