Los pobladores del Centro Poblado de Paccha, en la provincia de Pallasca, Áncash, viven una situación alarmante: llevan más de 15 días completamente aislados debido a la construcción de un nuevo puente por parte del «consorcio Paccha», con financiamiento del Ministerio de Transportes (MTC).
El motivo de este aislamiento es la falta de una vía alterna que permita el paso peatonal o motorizado mientras se ejecutan los trabajos.
La nueva infraestructura tiene como objetivo mejorar la conectividad, pero, lamentablemente, la obra ha dejado a los pobladores de esta zona vulnerable, al no prever un acceso temporal durante su ejecución.
Esto ha generado un grave problema no solo para los residentes de Paccha, sino también para los pobladores de las comunidades vecinas de Huachaullo, Llaychucha y Nuevo Llaymucha, quienes dependen de esta vía para acceder al distrito de Pallasca y otras localidades de la parte norte de la provincia de Pallasca y de La Libertad.
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Esta ruta, que en épocas de lluvias, como ahora, se vuelve indispensable debido a la intransitabilidad de la zona de Barro Negro, debido al clima. Los pobladores deben atravesar una hoya formada debajo de la nueva construcción para poder caminar, una tarea que se vuelve casi imposible para los ancianos y adultos mayores, quienes no tienen la capacidad de bajar por este terreno accidentado y resbaladizo.
Un acceso vital para la región
Este acceso no solo facilita el traslado de las personas, sino que es una arteria vital para el comercio, el pastoreo y las labores diarias de las comunidades. En la actualidad, los pobladores no pueden salir a realizar sus compras ni llevar a sus animales a pastar. Y en el peor de los escenarios, si las condiciones de Barro Negro empeoran con las lluvias, la única opción sería dar la vuelta por Cabana, lo que significaría un largo y costoso desvío.
Las quejas de los pobladores no se han hecho esperar. Con voz firme, exigen una pronta solución que permita la reactivación de su movilidad. “No podemos seguir así. Necesitamos que se nos garantice una vía de acceso. Los niños no pueden ir a la escuela, las personas mayores no pueden ir a sus citas médicas, y estamos en una completa indefensión”, expresan los habitantes con preocupación.
Un reclamo por sus derechos
Los pobladores de Paccha reclaman que el consorcio encargado de la obra y las autoridades del Ministerio de Transportes consideren su situación y habiliten, de forma urgente, una vía temporal que permita el paso de personas y vehículos, para evitar que la situación se agrave aún más. “No pedimos nada fuera de lo común, solo lo que es justo: el derecho a vivir sin estar aislados y poder continuar con nuestras actividades diarias”, manifiestan con firmeza.
Es hora de que se tome en cuenta a las comunidades rurales y sus necesidades básicas durante la ejecución de proyectos de infraestructura. Mientras los trabajos para construir el puente continúan, la falta de previsión sobre las alternativas de acceso está afectando gravemente la vida de las personas que habitan esta zona de la región Áncash.
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Pobladores de Paccha reclaman al alcalde por falta de solución ante aislamiento
La situación de aislamiento de los pobladores de Paccha no solo afecta su bienestar, sino que también pone en riesgo su seguridad. La falta de acceso a servicios básicos, como salud y alimentación, es una amenaza constante, especialmente cuando las lluvias intensas hacen que las rutas tradicionales sean aún más peligrosas e intransitables.
Además, piden al alcalde Rolando Acosta Blas que actúe con mayor empatía hacia la comunidad y deje de lado los intereses personales, priorizando el bienestar de la población.
El llamado de los pobladores es claro: las autoridades deben actuar con urgencia y ofrecer una solución viable para que las comunidades puedan recuperar su movilidad antes de que las condiciones empeoren aún más. La solución es urgente, y el tiempo es un factor crucial para evitar que esta situación se convierta en una crisis aún mayor.
En este contexto, la falta de previsión y compromiso con las necesidades de los pobladores no debe ser una opción. Los derechos de estas comunidades deben ser prioritarios, y es responsabilidad de las autoridades garantizar que todos los proyectos de infraestructura no solo mejoren el acceso, sino que respeten y protejan a las personas que dependen de ellos para su día a día.