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Negligencia médica en Casma sacude la ciudad. Un bebé murió durante el parto en el Hospital de Apoyo San Ignacio, luego de que, según los familiares, la madre no recibiera atención médica oportuna. La denuncia de José Robles, esposo de la gestante Milagros del Pilar Ipanaqué, ha encendido la indignación de toda la comunidad.
El miércoles por la tarde, su esposa llegó en labor de parto al hospital casmeño. Según relató Robles, la ginecóloga de turno, Pilar Chumpitaz Rojas, intentó apresurar el nacimiento introduciendo su brazo por el canal vaginal de la paciente y rompiendo la fuente de forma intencional. La maniobra, en lugar de facilitar el proceso, generó una complicación grave.
Cuando decidieron intervenir quirúrgicamente, el médico anestesiólogo Harold Santos Rodríguez —quien debía estar de turno— ya no se encontraba en el hospital. El director del establecimiento, José Osorio Giraldo, confirmó que este profesional abandonó su puesto a la 1:00 p.m., pese a tener responsabilidad activa en el servicio. La falta del anestesiólogo impidió una operación inmediata. El bebé murió dentro del vientre materno.
La Fiscalía y la Policía acudieron al hospital para iniciar las investigaciones. En el lugar detuvieron a la ginecóloga implicada, quien ahora deberá responder por presunta negligencia médica con consecuencia fatal.
Negligencia médica en Casma: Director del hospital no encubrirá a nadie.
El director del hospital declaró que no encubrirá a nadie. Anunció que presentará los informes correspondientes y no descartó denuncias formales contra el personal involucrado, quienes —según dijo— ya registran antecedentes por irregularidades.
José Robles exige justicia. Pide sanciones ejemplares para evitar que otros padres atraviesen el mismo dolor. Su voz refleja la impotencia de una familia que llegó al hospital con ilusión y salió con el corazón destrozado.
Este caso expone con crudeza la fragilidad del sistema de salud y la necesidad urgente de revisar los protocolos de atención en partos de riesgo. Cada vida cuenta. No se trata solo de sancionar, sino de garantizar que nunca más una familia pierda a su bebé por desidia o irresponsabilidad.
Casma exige respuestas. Y sobre todo, exige justicia.