La Centralita

Más de 50 pasan a juicio oral por La Centralita

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Culminó etapa intermedia.

Tras maratónicas sesiones de tres veces por semana, valorar 2100 elementos de convicción presentados por el Ministerio Público y escuchar los argumentos de las defensas técnicas de los sesenta (60) acusados, entre los que se encuentra el exgobernador de Áncash César Álvarez Aguilar, la jueza María de los Ángeles Álvarez Camacho, del Sistema Nacional Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios, culminó las diligencias, dando por concluída la etapa intermedia de «La Centralita», para proseguir con el juicio oral.

De esta manera, jueza del Primer Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria en Corrupción de Funcionarios, prepara la documentación necesaria, para continuar con el siguiente paso, el juicio oral, previa notificación a las partes. Según fuentes del Poder Judicial consultadas, el juicio oral será visto por un colegiado.

Juicio en la recta final

Entre los más de 50  procesados que van a juicio oral, además de Álvarez Aguilar, están Luis Arroyo Rojas (exalcalde provincial del Santa), Heriberto Benites (el excongresista), Martín Espinal Reyes (consejero regional de Áncash), Hernán Molina Trujillo (exgerente regional), Víctor López Padilla (exdirigente de Construcción Civil), José Luís Cavassa Roncalla (operador político), entre otros. Además de las personas jurídicas Illios Producciones, Nueva Corporación del Norte EIRL, A&E Ancash Telecomunicaciones EIRL y Constructora Norberto Obebrecht Sucursal Perú quienes de ser hallados responsables, deberán responder solidariamente por la reparación civil.

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Los implicados en este caso están acusados de asociación ilícita, lavado de activos, colusión, peculado, encubrimiento real y violencia contra la autoridad. Los acusados en su mayoría alegan inocencia, por lo que tendrán que desvirtuar las acusaciones en la próxima etapa, si es que quieren salir declarados inocentes.

En el desarrollo de esta etapa, el representante del Ministerio Público, fue claro al señalar que en el local denominado «La Centralita» ubicado en Chimbote, era un centro de corrupción, donde se festinaban las obras de la región, mediante el cobro de «Diezmos». Además se armó una maquinaria de desprestigio contro los opositores de César Álvarez, valiéndose de pagos a jueces, fiscales y periodistas. (Jacinto Rojas)

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