Laguna «Pelagatos» recurso hídrico y turístico en Pampas, Pallasca, Áncash, Perú FOTO│Kleber Ramos
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Laguna «Pelagatos»: ¿nombre puesto por burla, mito o verdad histórica?
Laguna «Pelagatos». En lo alto de los Andes peruanos, a 3,977 metros sobre el nivel del mar, una extensa masa de agua se impone como la laguna más grande de la región Áncash. Su nombre, «Pelagatos», genera asombro y hasta sonrisas entre quienes la descubren por primera vez. Pero detrás de esta denominación peculiar, se esconde una historia cargada de simbolismo, lucha social y resignificación cultural.
Ubicada en el distrito de Pampas, provincia de Pallasca, la laguna Pelagatos se extiende como un ecosistema vital para cientos de familias. Alberga una valiosa diversidad de flora y fauna altoandina. Sus aguas cristalinas no solo alimentan a las comunidades del caserío del mismo nombre, sino que también ofrecen un potencial turístico y energético aún poco explorado.
Laguna Pelagatos: Un nombre con peso histórico y social
El nombre “Pelagatos” no es reciente ni arbitrario. Investigaciones lingüísticas y registros geográficos lo vinculan a una expresión que alude a personas de condición humilde o en situación de marginalidad. Según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, el término «pelagatos» se incorporó en 1817 para referirse de forma despectiva a individuos sin poder, sin fortuna o sin influencia.
La palabra proviene del italiano vulgar y comenzó a usarse en el castellano desde el siglo IV, en tono peyorativo. En el Perú, su carga simbólica se intensificó a partir del siglo XIX, cuando escritores como Abelardo Gamarra, «El Tunante», emplearon el término en obras satíricas para retratar la precariedad de los pueblos olvidados por el Estado. En sus relatos, publicados por el diario El Nacional, Gamarra inventó un pueblo llamado Pelagatos, inspirado en la laguna ancashina, para mostrar con ironía las carencias estructurales de muchas comunidades rurales.
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El uso del término, aunque peyorativo, evidencia una realidad que aún persiste en muchas zonas altoandinas: la exclusión sistemática de sus habitantes de los procesos de desarrollo. Sin embargo, lejos de rechazar esa palabra, los pobladores de Pampas han aprendido a resignificarla y hacerla suya.
Una cordillera que dio nombre a la laguna
Aunque parezca increíble, el nombre «Pelagatos» aparece en registros oficiales mucho antes de que la laguna alcanzara notoriedad regional. El geógrafo Mariano Felipe Paz Soldán, en su Diccionario Geográfico Estadístico del Perú de 1877, ya mencionaba a «Pelagatos» como una cordillera nevada que cruza las provincias de Pallasca (Áncash) y Huamachuco (La Libertad). Esta denominación también abarca el nevado, la quebrada y el nudo orográfico que configuran el paisaje actual, lo cual confirma que la laguna heredó el nombre del macizo andino.
El dato desmiente una versión popular sin sustento, que afirmaba que la laguna se llama así por asemejarse a la silueta de un gato. En realidad, el topónimo refleja un legado lingüístico ligado a la pobreza y el olvido, pero también a la identidad resiliente de sus habitantes.Vista del caserío «Pelagatos» Foto│ Jacinto Rojas
De símbolo de exclusión a emblema de resistencia
En el caserío de Pelagatos, a pesar de las limitaciones socioeconómicas, los pobladores mantienen viva una relación profunda con la laguna. Dependen de sus aguas para el consumo doméstico, el riego agrícola y la pesca artesanal. En palabras de los pobladores, «la laguna representa la vida para el noreste de la provincia de Pallasca».
Durante el siglo XX, la empresa minera Pasto Bueno construyó una represa para aprovechar el caudal de la laguna. La infraestructura elevó el nivel del agua y modificó el equilibrio ecológico. Años más tarde, en 1918, se fundó Hidroeléctrica Pelagatos S.A.C. (Hidropesac), una de las primeras compañías energéticas en operar en la zona. Desde entonces, el embalse ha abastecido a un sector de la población local y ha sido clave para el desarrollo energético del distrito de Pampas, Pallasca.
Hoy, las comunidades locales promueven iniciativas de turismo vivencial, ofreciendo recorridos a pie o a caballo por los senderos que bordean la laguna y el nevado. Durante el trayecto, niñas y niños comparten con los visitantes las leyendas heredadas de sus abuelos. Una de las más populares cuenta que un viajero sin rumbo ni fortuna halló consuelo en las aguas de la laguna, y por eso la llamaron “Pelagatos”. Otra versión, igualmente entrañable, sugiere que la laguna tiene la silueta de un gato dormido. Aunque estas historias carecen de respaldo histórico, refuerzan el arraigo de la población y revelan cómo la tradición oral mantiene viva la identidad colectiva del lugar.
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Una joya natural con nombre incómodo… y necesario
Nombrar un espacio no es un acto inocente. Pelagatos, más que una palabra curiosa, encierra una historia de exclusión, dignidad y resistencia. Lejos de la burla, el nombre ha adquirido valor patrimonial para los ancashinos que habitan sus orillas y lo reivindican como parte de su historia.
Hoy, con un renovado interés turístico y ecológico, la laguna Pelagatos se proyecta como una joya natural que merece respeto, promoción y conservación. Visitarla no solo implica conocer un paisaje de alta montaña, sino también escuchar la memoria viva de un pueblo que convirtió un apodo despectivo en estandarte de identidad.
Caserío «Pelagatos» en el distrito de Pampas, Pallasca, Áncash. Foto│ Jacinto Rojas
Algo más. Las cordilleras Blanca y Negra se unen en el lugar denominado «nudo de Pelagatos». Allí nace el nevado «Pelagatos” ubicado en la cordillera blanca sobre los 4872 msnm y que da origen a la laguna del mismo nombre.
Nevado Pelagatos, da origen a la laguna. Pallasca, Áncash, Perú FOTO: Félix Zevallos R.
🏞️ Información adicional sobre la Laguna Pelagatos
🗺️ Ruta desde Chimbote a la Laguna Pelagatos (Pampas, Pallasca, Áncash)
1. Chimbote → Pampas (Provincia de Pallasca)
Transporte público: Desde el terminal terrestre de Chimbote, puedes tomar un bus de las empresas Transportes Valerio o Transportes Pereda con destino a Pampas. El viaje dura aproximadamente entre 8 y 10 horas, dependiendo de las condiciones de la carretera y el clima.
Transporte privado: Si prefieres conducir, la ruta más común es:
Chimbote → Santa → Chuquicara → Pampas.
Este trayecto cubre aproximadamente 250 km y puede tomar entre 7 y 9 horas, dependiendo del estado de las carreteras y las condiciones climáticas.
2. Pampas → Laguna Pelagatos
Desde Pampas, puedes tomar una carretera hacia el este que te llevará hacia la Laguna Pelagatos. La laguna se encuentra en el lado derecho del valle, con el río debajo.
Se recomienda contar con un vehículo adecuado para caminos de montaña o contratar un guía local que conozca bien la ruta.
✅ Recomendaciones para el viaje
Clima: La mejor época para visitar es entre mayo y septiembre, durante la temporada seca.
Preparación: Dado que la laguna se encuentra a gran altitud, es recomendable aclimatarse adecuadamente para evitar el mal de altura.
Servicios: En Pampas encontrarás hospedajes y restaurantes básicos. Es aconsejable llevar provisiones adicionales para el trayecto hacia la laguna.
Seguridad: Infórmate sobre las condiciones actuales de la ruta y la laguna antes de viajar, ya que pueden variar debido a factores climáticos o geográficos.