El Alzheimer es una de las enfermedades que más ha crecido a nivel mundial en los últimos años entre pacientes no solo de la tercera edad sino también más jóvenes, y ante las malas previsiones para los próximos años, el trabajo de prevención de los científicos resulta fundamental para poder controlarla cuanto antes.
Posible cura contra el Alzheimer
Gracias al medicamento conocido como EB101, se abre una nueva esperanza en la lucha contra el Alzheimer puesto que esta nueva aplicación en forma de vacuna realizada por científicos españoles es la primera que no deja secuelas. De hecho, si bien fue patentada hace 5 años en los Estados Unidos, esta medicina recién ahora ha arrojado sus primeros resultados ajenos a cualquier tipo de efectos secundarios, muy preocupantes por otra parte, como los relacionados con la vacuna AN1792.
Sucede que la vacuna española contra el Alzheimer ha logrado no solo detener las expresiones más comunes de esta enfermedad, sino que al mismo tiempo, ha conseguido evitar las reacciones de defensa del organismo que provocaban meningoencefalitis, y no solo eso, sino que tampoco hay informes de apariciones de las microhemorragias cerebrales que llevaron a detener definitivamente el uso de la AN1792.
Esta nueva medicina, lanzada por el Centro de Investigación Biomédica EuroEspes, tiene dos tipos de funcionalidades, terapéuticas en primer sentido, y preventivas en segundo, es decir que colabora con el proceso de defensa del propio cuerpo humano que genera anticuerpos cuando aparecen las placas neuríticas, que es donde se acumula la proteína beta-amiloide, provocando el daño que a la larga se traduce en la enfermedad del Alzheimer.
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Como decíamos al comienzo, si pensamos en que esta enfermedad es la principal causante de la demencia en los pacientes de avanzada edad en los países desarrollados, no quedan dudas de que la labor de estos científicos españoles es un paso adelante de relevancia, que tal vez no pueda ayudar demasiado a las 44 millones de personas que sufren el Alzheimer, pero que sí podría ser fundamental para que ese número no aumente a las 135 millones que se prevé que la desarrollen en los próximos 35 años.