Opinión

Crónica de vergüenzas anunciadas.

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La exalcaldesa Victoria Espinoza figura entre los 10 delincuentes más buscados del país y el Estado ha ofrecido una jugosa recompensa  para quienes proporcionen alguna pista que posibilite su captura. Una vergüenza más para Ancash y Chimbote, sumada a la de tener al exalcalde Luis Arroyo Rojas y al expresidente regional César Álvarez Aguilar presos en un penal.

La culpa de esta humillante situación no debe atribuirse exclusivamente al elector. Es la sociedad civil en su conjunto la que debe responder por su nula acción fiscalizadora, por su comportamiento cómplice y oportunista, y  por querer sacar provecho personal del momento.

Mucha de esa culpa recae en el periodismo local, por inducir al voto equivocado brindando al elector una realidad alquilada a quien mejor le paga, por omitir objetividad, requisito ético indispensable en esa noble profesión. Tenemos como triste ejemplo a los periodistas presos por formar parte de la red corrupta que se tejió en Chimbote y la región, pagando sus culpas en un penal y a toda población en su conjunto lamentando la postergación, el abandono y el saqueo de sus recursos.

Culpa tienen también las organizaciones sociales, unas por su inacción y otras por atribuirse la representatividad de Ancash sin contar con legitimidad para hacerlo o por su reprochable conducta cómplice, sino recordemos al frente de defensa que se puso a los pies de César Álvarez al mando de “luchadores sociales” que ahora purgan condena en el Penal de Piedras Gordas. Y ni qué decir de colectivos civiles que han surgido recientemente con objetivos políticos deleznables, como el REMA que bajo su bandera de lucha contra la corrupción lleva escondida la reelección de Modesto Julca y en algún momento también llevó la del prófugo exalcalde de Nuevo Chimbote, Francisco Gasco Barreto.

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Recién hace poco, han sacado de la Presidencia del Directorio de SEDA CHIMBOTE a una exjueza que recibió ese cargo como premio de la red mafiosa de Rodolfo Orellana Rengifo por otorgarle medidas cautelares a favor de sus cartas fianzas sin respaldo económico, y mientras duró su gestión, ningún representante de nuestra sociedad civil cuestionó esta vergonzosa muestra de impunidad.

En suma, estamos siendo gobernados por incapaces e impresentables, porque así lo permite nuestra sociedad civil, gran sector de su periodismo y de sus organizaciones sociales que solo buscan la complicidad con el poder, antes, durante y después de cada proceso electoral, y nada cambiará sino abandonamos esa actitud cómplice y cobarde, la de mirar a otro lado, la de buscar el provecho propio o la de sacar tajada de lo indebido.  (TEXTOS: César Córdova Ponce)

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