Bebé abandonada logró alcanzar un peso saludable de 4 kilos con 150 gramos.
Bebé abandonada en basural de Nuevo Chimbote, recibe el alta médica tras 15 días de cuidados intensivos en el hospital regional de Chimbote.
Una historia que estremeció a toda la región acaba de dar un giro esperanzador. Una bebé de pocos días de nacida fue abandonada, envuelta en sabanas y dentro de una bolsa plástica en un basural ubicado entre los asentamientos humanos Los Ficus y Yoselin Álvarez.
Los fuertes gritos de la pequeña alertó a una vecina, quien junto a su hija siguieron el lloro de bebé, encontrando este cuadro desolador. Rápidamente, informaron del hecho a los agentes policiales y la Fiscalía de Familia, quien ordenó el traslado al hospital regional.
Ahora goza de buena salud tras recibir atención médica intensiva en el Hospital Regional Eleazar Guzmán Barrón. Su evolución ha conmovido a todos quienes siguieron el caso, y hoy representa un símbolo de lucha, supervivencia y compromiso médico.
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Profesionales del Hospital Regional salvan la vida de bebé
El personal del hospital actuó con rapidez desde el momento en que ingresó la bebé. La encontraron con signos vitales débiles y múltiples riesgos de salud. Sin embargo, un equipo multidisciplinario, conformado por médicos, enfermeras y técnicos, unió fuerzas para estabilizarla y garantizarle un entorno propicio para su recuperación. Durante 15 días, la pequeña recibió cuidados constantes en la Unidad de Neonatología, donde logró alcanzar un peso saludable de 4 kilos con 150 gramos.
El Dr. Sergio Vargas, director adjunto del hospital, destacó la labor del personal de salud y agradeció su dedicación. “Gracias al trabajo conjunto y al esfuerzo de todo el personal, hoy esta bebé tiene una nueva oportunidad de vida”, expresó, visiblemente emocionado. Cada intervención médica, cada hora de vigilancia, cada decisión acertada contribuyó a que la historia no terminara en tragedia.
Con el alta médica ya firmada, las autoridades entregaron a la menor al Tercer Juzgado de Familia del Santa. Desde ahí, se dispuso su traslado a la Maternidad de María, donde continuará protegida mientras se define su futuro en un entorno seguro y digno.
Esta historia no solo refleja el dolor de un abandono injustificable, sino también el poder de la solidaridad y la profesionalidad médica. En medio de un comienzo tan adverso, la vida de esta niña florece con fuerza, abriendo paso a una nueva etapa que, aunque aún incierta, promete esperanza. Su recuperación no solo salva una vida, también devuelve la fe en lo que puede lograrse cuando la humanidad actúa con compasión y determinación.
¿Quién cuidará de ella ahora? Esa respuesta aún está en camino. Pero hoy, lo cierto es que vive. Y eso ya es un milagro.